LAS HISTORIAS DE LA ABUELA SAUCE: LA LUNA Y EL GALLO






Soy la abuela Sauce y a mis largas hojas siempre llegan hermosas historias traídas por el viento desde muchos lugares. La pequeña princesa Pocahontas solía recorrer un río entero para escucharlas, espero que te gusten tanto como solían gustarle a ella.

En los tiempos antes del tiempo, la luna era la más hermosa princesa del cielo entero, todos los planetas, cometas y estrellas le admiraban y querían estar a su lado.

En una ocasión los planetas se reunieron para decidir quién debía casarse con la luna

¡Yo lo haré!- dijo Marte
¡Mejor yo!- dijo Jupiter
Todos ustedes ya tienen demasiadas lunas y yo los ilumino a todos con mi luz- intervino el sol 
Suena justo- dijo Neptuno

Y así, entre todos decidieron que: el sol era el más indicado para casarse con la luna. Pero ninguno sabía que la luna había  encontrado ya el amor en una pequeña y curiosa criatura que cantaba alegremente por todo el firmamento: el gallo.

Las estrellas contaban que la luna se escondía y solo asomaba una parte de su carita para ver al gallo cantar. Los cometas decían que el gallo cantaba con más dulzura cuando su amada luna se acercaba por el horizonte. 

Todos estos chismes también llegaron al sol, quien lleno de celos decidió separar a los enamorados y para hacerlo preparó un malvado plan.

Un día, mientras el gallo paseaba alegremente por el cielo escuchó cuando el sol hablaba con los planetas de unas extrañas nubes rosadas.

-Estas nubes aparecían y desaparecían del cielo, dejando un aroma especial que de seguro encantaría a cualquiera incluso a la luna- contó el sol.

-¿Cómo se podría atrapar una de estas nubes?- preguntó inocentemente Venus

-¡Oh sí! yo también quiero conseguir una- exclamó Urano

-cuéntanos querido sol- pidió Mercurio

-Vale, vale les cuento: primero deben salir por la puerta del universo y bajar a la tierra para verlas de cerca y después atraparlas con una red- contó el sol

El ingenuo gallo, quien ya estaba muy interesado en la aventura se acerco para escuchar de cerca. Ya que, le interesaba cualquier cosa para poder encantar y enamorar más a su preciosa luna.

-Es una tarea muy difícil, solo la puede realizar el más valiente- continuó el sol.

-Yo lo haré, yo lo haré- cantó el gallo

-Te ayudaré amigo gallo- respondió el sol

Lo que ninguno de los planetas, estrellas, cometas y el gallo mismo imaginaban es que al salir por la puerta del universo no se podría volver a entrar al cielo. (¡Los defectos de fábrica, existen desde tiempos remotos mi niña!)

El sol acompañó al gallo a la puerta del universo, mientras que el enamorado cantaba de felicidad. 

Pero al bajar a la tierra, el gallo notó como el cielo se alejaba más y más, entonces trató de correr de regreso por la puerta pero ya era demasiado tarde.

Desde entonces, la luna se asoma todas las noches a mirar la tierra para ver dormir a su amado gallo, mientras que el gallo siempre se despierta temprano para cantar a su luna antes de que salga el sol.

COPYRIGHT © Natalia Fernández / Foto Por Cortesía: Disney 
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