Nos hemos levantado temprano, y mi padre ha limpiado un poco el coche porque estaba un poco sucio. Anoche llovió un poquito y lo había dejado todo lleno de polvo y manchas. Una vez puesto guapo el coche, nos hemos montado para ir a la exposición de coches retro.
Al llegar allí, nos hemos dado cuenta de la cantidad de personas que les gusta ver este tipo de coches antiguos. La cola de entrada era tan grande que tuvimos que esperar más de media hora en ella. Yo ya estaba desesperada, menos mal que mamá llevaba el bolso lleno de chocolatinas, y así estuve entretenida entre tanto sabor dulce en mi boca.
Una vez dentro, vimos un montón de coches chulos antiguos, pero que estaban como nuevos, además de motos, repuestos, revistas, e incluso juguetes en miniatura de cochecitos. Yo me lo pasé bomba con mi hermana corriendo por los pasillos y viendo todo aquello. Así que os recomiendo ir a visitar un lugar de éstos, con tantos coches bonitos.
Mi padre se emocionó al ver uno de sus antiguos coches, un Citroen Pallas, aunque era de otro color diferente al suyo, y susurró ¡ay, que tiempos aquellos! Y yo no sé por qué se queja, si el coche que tiene ahora es más bonito y nuevo, jejeje. Hasta luego amiguitos, ya os contaré más historias otro día que me tengo que ir dormir ... que mañana hay cole.
Os dejo algunas fotografías. Un besito.
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